¡Jo! cuánto tiempo sin poder estar aquí y sin posibilidad de dedicar unas horas tranquilas a cocinar, fotografiar y sentarme a escribir unas líneas.
Han sido unas semanas muy, muy intensas. Como os comenté, en noviembre y en diciembre he participado en bastantes mercadillos navideños con los productos que hago yo misma para mi pequeño y queridísimo proyecto
The summer house del que no había hablado aquí antes por no estar relacionado con la cocina (aunque se puede ver el acceso a su web en la barra de enlaces que está debajo de la cabecera de este blog) pero al que llevo varios años dedicándole tiempo de cariño, mimo e ilusión porque es, junto a la cocina, mi patio de juego y experimentación, donde desarrollo mi creatividad y encuentro la belleza que hay en los productos y materiales que salen directamente de la naturaleza.
Pues bien,
The summer house ha ocupado gran parte de mi tiempo en estas semanas de ausencia pero otra gran parte de ese tiempo ha servido para desarrollar, junto con mi amiga María, otro proyecto, este sí relacionado con la comida, con el que estoy aprendiendo y disfrutando y pasándolo en grande.
El proyecto se llama Con Q y es el resultado de meses de investigación, búsqueda, recopilación y pruebas con el objetivo de crear un kit con todo lo necesario para que en la cocina de cualquier casa se puedan elaborar deliciosos quesos frescos artesanos. Hemos aprendido muchísimo sobre la elaboración del queso y nos lo hemos pasado fenomenal haciendo deliciosos ricottas, quesos frescos y quesos cottage en nuestras respectivas cocinas.
Con Q acaba de empezar a caminar y la web en la que aparecerá toda la información relacionada con el kit estará completada dentro de unos días pero, si vivís en la zona de Madrid y os apetece conocer más, María estará este sábado 4 de febrero en la edición del
Mercado de la Luz que se celebra en el Hotel Miranda Suizo de San Lorenzo de El Escorial.
Y por si todo esto fuera poco el triple salto mortal con tirabuzón ha sido preparar una mudanza a, ni más ni menos que, Alemania. Sí, ya no vivo en España, snif, snif, desde poco más de una semana mi chico y yo vivimos en Munich. Por lo que imaginaos lo que ha sido todo lo que os he contado mientras mi casa iba desapareciendo al mismo ritmo que se iba transformando en cientos de cajas que han viajado hasta nuestro nuevo hogar provisional en el que estaremos entre 3 y 6 meses hasta que encontremos nuestra casita definitiva en la que terminar de instalarnos. Todavía estoy un poco desorientada con todo este cambio y con esta ola de frío que nos tiene con temperaturas máximas de 10º bajo cero trr, trr, trr, trr (menos mal que la casa es muy cálida y luminosa). Cuando me aclimate y recupere mi ritmo os iré contando cositas de lo que voy descubriendo de esta ciudad situada junto a los Alpes, Austria, Suiza e Italia...
Y ahora ya sí os voy a hablar de estas deliciosas tartaletas hechas con ricotta { casero, por supuesto ;-)}, tomates y albahaca.
Llevo una semana con la imagen de unas tartaletas sobrevolando mi cabeza y este post no podía traer otra cosa.
La masa la he hecho con harina integral de espelta porque es más digestiva pero se puede sustituir por harina integral o blanca de trigo sin problema y la albahaca viene directamente de una plantita de albahaca ecológica que he comprado en la frutería de mi nuevo barrio y que ahora viva junto a un ventanal que llena la casa de luz.